Algunos se despiden bajo un árbol
Hoy dejé la ciudad mientras dormía.
Se ve que no he de volver, y ella lo sabe.
Tal vez, pasado el tiempo, todo acabe
por ser tan solo el sueño donde huía
la sombra vertical de un mediodía
cuya imagen conservo como un grave
ciprés que va a caer. Giré la llave
y entonces comenzó la lejanía
y un ámbito de luz prendió el reflejo
Otro ya en mi lugar lleva el idioma.
Otro toma el avión en que me alejo,
y otro más la ciudad donde alguien cierra
un portón de metal que se desploma.
Jorge Valdés Díaz Vélez
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