DERECHOS DE LOS NIÑOS
Todo niño nace con sus derechos, como cada flor con sus pétalos.
Acariciados por el arco iris hay niños de todos los colores.
Todos tienen los mismos derechos.
La vida le pertenece al niño como la luz al amanecer.
Todo tiene nombre en el universo:
los elefantes y las hormigas, las pestañas del girasol.
En la escuela el niño aprenderá a deletrear su nombre.
Cabalgar sobre un caballito de madera es uno de sus derechos,
también abrir un libro como las hojas de una col.
El verano obligará al invierno a nevar tibios copos de lana fina,
para que el niño se reconcilie con el frío
A su alrededor, en ronda todos los seres:
el niño ni un segundo quede recluido a vivir en soledad..
Lastimarle, no, ni con el pétalo de un cisne
Por decreto queda abolida de los diccionarios la palabra látigo.
Jamás se le atarán las alas;
el viento es su compañero de aventuras y su mejor tutor.
Queda prohibido reír mientras un niño carezca de sustento
y sea su silueta apenas el guiñapo de una sombra
Nadie se atreverá a fatigar al niño;
sólo le estará permitido asombrarse, jugar y soñar:
trabajos remunerados por la luna
Únicamente el néctar de la luna alucinará los ensueños del niño,
ningún otro elixir emponzoñará su alma y sus manos inocentes.
Sólo podrá ser reclutado por palomas y delfines
y marchará por los aires alimentando con terrones de lumbre a las estrellas
una algarabía de niños asidos a la cola de un cometa.
Que su fantasía haga gruñir a la Osa Mayor
y lleve a los niños a columpiarse en los anillos de Saturno.
Que ni la más leve nube enturbie su horizonte.
Desde el presente sea una Edad de Oro el futuro de los niños.
Arturo Corcuera
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